¿Qué hago cuando mi hijo es agresivo con otros niños?
Una de las mayores preocupaciones de los padres de familia de los niños en edad preescolar, que empiezan a interactuar con otros niños es la conducta agresiva, nadie quiere que su hijo sea lastimado, aun cuando quien le agreda sea un niño igual o incluso más pequeño que él.
La situación se hace más compleja cuando quien hace la agresión es tu pequeño. Se pueden desencadenar sentimientos de frustración y ansiedad al no saber cómo corregir esta conducta de la manera más adecuada.
¿Qué debo hacer cuando mi hijo es agresivo?
1. Identifica los motivos que provocan la reacción:
Debes estar atento y analizar en qué momentos es más probable que tu hijo manifieste una agresión. Puede ser siempre que quiere un juguete que tiene otro niño o cuando está cansado o con sueño. La conducta agresiva generalmente se presenta por la incapacidad para expresar una necesidad o frustración de forma adecuada.
2. Tu ejemplo es clave:
No podemos enseñar a los niños a no gritar mientras les gritamos. Los niños son imitadores innatos y es necesario que cuando se le llame la atención por algún tipo de comportamiento inadecuado, se use un tono de voz firme en lugar de gritar. Solo recuerda que el niño no resolverá sus problemas como le digas que debe hacerlo, sino como te vea que tú lo haces
3. Ayuda a tu hijo a identificar sus emociones:
Dile frases como: “sé que estás triste por ese juguete”, “estás enojado por no recibir esto o aquello”, “entiendo que estés cansado…”, etc. Si le enseñas a identificar sus emociones, te será más fácil darle nuevas herramientas para gestionarlas, por ejemplo: “si estás enojado, respira muy fuerte hasta que el enojo se vaya”, “cuando estés triste, búscame y me das un abrazo”, etc. Y nunca olvides reconocerle cuando realice alguna de las respuestas alternativas.
4. Consecuencias lógicas:
Es necesario tener una estrategia que genere una consecuencia cada vez que se presente cualquier tipo de agresión hacia otros niños. Te sugerimos llevarle unos minutos fuera del lugar donde se presente la agresión, un minuto por cada año de edad del niño, y recordarle que a los amigos se les debe tratar con cariño y podrá volver a jugar solo si no les golpea, se debe volver al niño al lugar y si se presenta de nuevo, se debe aplicar la consecuencia todas las veces que sea necesario, es importante no entablar una conversación larga con el niño, no gritar y no desesperarse, solamente decir con voz firme, recuerda que no se pega y se retira el niño del lugar.
5. Léele cuentos:
Enseñar sobre la gestión de las emociones a través de la lectura de cuentos resulta ser una de las maneras más simples para que el niño desarrolle habilidades sociales, como colocarse en el lugar del otro o las consecuencias de nuestras acciones en quienes nos rodean. A medida que el niño crece, aprende y logra razonar el mensaje que queremos transmitirle para que no muerda o golpee. Debemos estar atentos a su conducta frente a otros niños para prevenir al máximo situaciones conflictivas donde alguno salga lastimado.
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